Eras y homenajes
Dos aspectos abarca su temática: el retrato de solitarios personajes imaginarios de rostro impersonal, y escenas con varias figuras que en ciertas oportunidades forman casi multitudes. En el primer tipo de cuadros coexiste, junto a la atmósfera de sueños, una apreciable dosis de expresionismo; mientras en las segundas, en cambio, el elemento onírico se manifiesta con una mayor claridad. Los alados individuos de estas visiones de territorios soñados tienen, con la limitación pseudohumana a que han sido reducidos por la imaginación del autor, esa materialidad dolorosa de los desvirtuados ángeles de la literatura de García Márquez.... Waldemar Sommer.